lunes, 10 de octubre de 2011

Candomble II

Dioses africanos y santos católicos:

Oxalá: Es el orixá de la creación. Fue él quien modeló con barro el cuerpo de los
hombres y Olodumarê (Ser supremo) quien sopló para darle vida. El culto a
Oxalá está relacionado con la devoción católica a Jesús, hijo del creador y
salvador de los hombres en la tierra. Ejemplo de este sincretismo entre Jesús y
Oxalá es la fiesta del “lavagem da Igreja do Senhor de Bonfim”, en Salvador de
Bahía.

Exu: Es el orixá mensajero entre los hombres y los dioses y una de las figuras
más polémicas del candomblé. Desde su origen en África, está asociado al poder
de fertilización y a la fuerza transformadora de las cosas. Nada se hace sin su
permiso. Entre los objetos que lo representan está el ogó, instrumento de
madera esculpido en forma de pene y adornado con calabazas y conchas que
representan los testículos y el semen. Espíritu justo pero vengativo, Exu no hace
nada sin obtener algo a cambio. El día de Exu es el lunes, día de las almas en el
calendario católico y su comida preferida es el gallo, la farofa de dendê, la
pimienta y la cachaça (un digestivo muy fuerte). El culto a Exu era visto como
demoníaco por la iglesia y la asociación de esta divinidad con el demonio hizo
que en algunas ocasiones, se representara con cuernos, rabo y patas de cabrito
en lugar de manos.

Ogum: Es el orixá de la guerra y del fuego. Sus símbolos son la espada y
herramientas como la azada y la pala. Sus virtudes para el combate lo aproximan
a los santos guerreros como San Antonio y San Jorge.

Oxóssi: Es el orixá de la jungla, en la que caza para alimentarse. Es una de las
divinidades más populares del candomblé. En Bahia, Oxóssi se relacionó con San
Jorge, cazador de dragones. En Rio de Janeiro, se asoció con San Sebastián,
quizá por el martirio del santo. Sus símbolos sagrados son el ofá (arco y flecha) y
el eruquerê (un látigo hecho con rabo de buey).

Obaluaiê: Es el terrible orixá de las epidemias y de las enfermedades
contagiosas de la piel. Obaluaiê tiene en su propio cuerpo las marcas de las
enfermedades que anuncia. Por esta razón se viste con un sombrero en forma de
manto hecho de paja que le tapa casi por completo. En Brasil, el culto de
Obaluaiê se revistió de una gran seriedad y temor debido a los poderes que le
son atribuidos, como curar o expandir la peste. Su sincretismo más frecuente fue
con San Lázaro, ya que este santo tiene el cuerpo cubierto de yagas, y con San
Roque, santo que dedicó su vida a cuidar a los enfermos de peste. Para obtener
la protección de Obaluaiê y de San Lázaro en Salvador de Bahía, en las iglesias
de este santo, todos los lunes, los devotos del candomblé acostumbran a tirar al
suelo palomitas, alimento preferido de Obaluaiê y que recuerda las marcas
dejadas por la varicela en su cuerpo.

Ossaim: Es el dios de las hojas, de las hierbas y de los medicamentos hechos a
partir de éstas. Su dominio es el mismo que Oxóssi, la jungla. Por la importancia
litúrgica que tienen las hojas en el candomblé (en el culto a los orixás, en la
preparación de los baños rituales…) y por sus poderes medicinales, el culto a
Ossaim desempeñó un papel fundamental en el desarrollo del candomblé. Como
se piensa que es una divinidad que posee sólo una pierna, se le asoció con
algunos “encantados” de los mitos indígenas. El sincretismo de Ossaim en el
catolicismo es muy variado. Puede ser San Benedicto, San Roque o San Jorge.

Xangô: Este orixá, en su vida en la tierra, fue rey de Oyó, una de las principales
ciudades de lengua yoruba. En los mitos aparece como señor del rayo y del
trueno y echa fuego por la boca. Su símbolo es el hacha de dos hojas y a veces
lleva una corona mostrando su condición de rey. Se le asoció a San Jerónimo, ya
que se le representa como un anciano imponente sentado alrededor de sus libros
y bajo sus pies aparece un león, símbolo de la realeza entre los yorubas.

Oxum: Es la diosa yoruba del agua dulce, de los lagos, de las fuentes y de las
cascadas. En África, está relacionada con la fertilidad de las mujeres y con la
riqueza, ya que es por la descendencia que se garantiza la continuidad de las
familias y la subsistencia de las comunidades. Por esto, en Brasil, su culto se
unió al de la devoción católica a Nuestra Señora de la Concepción.

Iemanjá: Es la diosa de las aguas y está considerada la madre de todos los
orixás. En Brasil se le rinde culto principalmente en el mar, y se le asocia a otros
espíritus de las aguas, de origen indígena. De ahí que a veces se le llame Reina
del mar, Madre de agua, Sirena, Janína… etc.
Es costumbre que durante la fiesta de Iemanjá, los devotos lleven flores,
perfumes y otros presentes al mar. Esta fiesta reúne a millares de personas y se
realiza desde el siglo XIX en playas, diques, fuentes y lagos a lo largo de todo el
litoral brasileño e incluso, en varias ciudades del interior. Debido a la relación de
Iemanjá con la maternidad, su culto en Brasil se asoció a Nuestra Señora. En
Bahia y en Río Grande del Sur la fiesta de esta diosa tiene lugar el 2 de febrero,
día de Nuestra Señora de los Navegantes. En Rio de Janeiro y San Paulo el culto
se realiza el 8 de diciembre, día de Nuestra Señora de la Concepción, y el 31 de
diciembre, ya que se piensa que el agua traída por Iemanjá tiene fuerzas
benéficas que ayudan a tener un nuevo año positivo.

Iansã u Oyá: La diosa yoruba de los vientos, los rayos y las tempestades,
dominio que divide con su marido Xangô. El culto a los muertos y la devoción a
Ritual y creencia
las almas también se relacionan con esta diosa. En el sincretismo afro-brasileño,
Iansã fue asociada a Santa Bárbara que provocó la furia de su padre al convertirse al catolicismo.

Las naciones del candomblé:
En el candomblé, la forma de adorar a los dioses (sus nombres, sus colores, sus
preferencias alimenticias, sus alabanzas, cantos, danzas y música) fue practicada
de forma diferente por los negros según los modelos de rito llamados “nações”.
Estas diferencias demuestran que los terreiros, además de intentar reproducir los
patrones africanos de culto, poseían una identidad grupal (étnica) como en los
reinos de África. Los dos modelos de culto más practicados fueron el rito jejenagõ
y el rito angola.
El rito jeje-nagõ: Este rito enfatiza el legado de las religiones sudanesas. Sus
practicantes lo consideran más puro o superior a los demás porque mantiene,
con mayor fidelidad, los orígenes africanos. En los terreiros donde se practica
este rito, se rinde culto, de forma general, a los orixás, voduns, erês (espíritus
infantiles) y a los caboclos (espíritus indígenas). En los terreiros donde prevalece
el culto a los orixás se les conoce con el nombre de candomblé queto; los
terreiros de culto a los voduns se les llama candomblé jeje. En los terreiros
partidarios de la noción de “pureza” ritual, el culto a los caboclos, así como el
sincretismo con los santos católicos, ha sido mal visto y en muchos casos
abolido.
Por último los atabaques se tocan con pequeñas varas, se canta a los rixás en
dialecto africano con ritmos muy característicos como los llamados adarrum,
agueré, bravum, ijexá… etc.
El rito angola: Este rito procura enfatizar la herencia de las religiones bantúes.
Esta nación, a pesar de ser la más popular y la más practicada por el povo-desanto
(pueblo de santo), es vista por los miembros de otras naciones como
distorsionada ya que posee un panteón de dioses más amplio. Rinde culto, a los
inquices (dioses de los bantúes), a los orixás, a los voduns, a los vunjes
(espíritus infantiles) y a los caboclos. En los terreiros de esa nación, llamados
candomblé de angola, los atabaques se tocan con las manos y los cantos poseen
muchos términos portugueses. Sus ritmos característicos son el cabula, el congo
y el barravento.
El candomblé de angola se difundió por todo el país y estuvo siempre abierto a
las influencias católicas y amerindias. En el estado de Espíritu Santo se le
denominó cabula, en Rio de Janeiro macumba, y en Bahia candomblé de
caboclo. Además el candomblé de angola estuvo influenciado igualmente por el
jeje-nagô hasta el punto de que, en ocasiones, no se sabe cual de las dos
naciones predominó.

Caracteristicas de los rituales del Candomblé:


Panteón: Existe categorías de entidades circunscritas a los dioses de origen
africano (orixás, voduns, inquices), erês (espíritus infantiles) y eventualmente
caboclos (espíritus amerindios). Podríamos decir que el candomblé es una religión comunal ya que posee muchas divinidades y una importante relación con la naturaleza, podemos decir que el candomblé esuna religión animista en el sentido en que se cree en espíritus que se han
llegado a convertir en importantes deidades.
Finalidad del culto a las divinidades: Alabar a sus dioses a través de los
rituales privados y las fiestas públicas (el lavagem de Bon-fim y la fiesta de
Imanjá) en los cuales los dioses “se incorporan” en los adeptos, fortaleciendo los
vínculos que los unen y potenciando el axé (energía mítica) que protege y
beneficia a los miembros del terreiro.
Concepción y finalidad del trance: El trance se realiza de forma inconsciente
y es legítimamente aceptado después de la iniciación del fiel y para un número
reducido de entidades.
Iniciación: La iniciación es la condición básica para el ingreso legítimo en el
culto. Durante un largo periodo el fiel es apartado del resto, se le rapa la cabeza
y se realizan sacrificios animales y ofrendas rituales. Existe un gran número de
preceptos. Podríamos señalar que los ritos de iniciación del candomblé, a pesar
de ser ritos secretos, cumplen las tres fases de los ritos de paso de Van Gennep:
1. Fase de separación: Ceremonias de purificación: Aislamiento.
2. Fase liminar o de transición. “Muerte simbólica”: “Fazer ou raspar o santo”
3. Fase de incorporación. Celebración del “nuevo” nacimiento: “Saída-de-iaô”
Procesos de adivinación: Modos de comunicación con los dioses. Existe un
predominio del juego de conchas (jogo de búzios) realizado únicamente por el
pai-de-santo (sin necesidad de trance) que recomienda los ebos o despachos
para la resolución de los problemas del interesado. Podríamos pensar que los
procesos de adivinación son la dimensión individualista del candomblé, y de esta
forma, equipararlos a la magia. Vemos pues como en el candomblé, la
adivinación está relacionada con los problemas o intereses inmediatos de
individuos y no con el destino del grupo.
Jerarquía religiosa: En el candomblé está establecida a partir del tiempo de
iniciación y de la indicación de los adeptos para ocupar cargos religiosos. Es
fundamental en la organización socio-religiosa del grupo.
Música ritual: Hay un predominio de cantos que contienen expresiones de
origen africano. Estos cantos se acompañan de tres atabaques (instrumento de
percusión usado en las ceremonias para acompañar los cánticos a los orixás:
rum, el mayor; rum-pi, el mediano; y lé, el menor) y solamente pueden tocar los
alaês (iniciados de sexo masculino que no entran en trance).
Danza ritual: Formación obligatoria de la “roda de santo” (disposición de los
adeptos en forma circular, bailando en sentido contrario a las agujas del reloj).
Predominio de expresiones coreográficas establecidas, que identifican cada
divinidad o momento del ritual.
Elementos sagrados: El agua es un elemento religioso importante en el
candomblé y algunas de sus significaciones simbólicas son: El agua como
fuente de vida, como instrumento de purificación (“lavagem de Bon-fim”) y
como símbolo de regeneración física y espiritual. Analicemos la noción de agua
como fuente de vida en el candomblé. Muchos de los encuentros con lo divino
tienen lugar cerca de grandes extensiones de agua (recordemos la fiesta de
Iemanjá, en Salvador). Además, en el candomblé existen dos divinidades de las
aguas: Iemanjá, diosa de las aguas y madre de todos los orixás; y Oxum, diosa
del agua dulce y relacionada con la fertilidad de las mujeres (el agua como
fuente de vida). A veces al agua se le añaden hierbas y otros elementos para
reforzar su valor. Así el Amaci es un baño de hierbas sagradas usado para la
purificación. Por otro lado en el candomblé existe lo que se llama
assentamento, conjunto de objetos (platos, hierro, conchas, piedras, etc.) y
emblemas que representa al orixá. Estos objetos inanimados poseen lo que se
llama axé, energía vital o fuerza espiritual que reside en la naturaleza y
representa el poder de realización y la dinámica de las entidades del
candomblé. Otros objetos sagrados son:
Otá: Piedra sagrada que compone el assentamento y representa al orixá.
Pejí: Altar donde se colocan todos los objetos sagrados de las divinidades del
candomblé.
Pemba: Polvo sagrado usado en la purificación del ambiente.
Quelê: Collar que los iniciados del candomblé llevan, durante algún tiempo,
como símbolo de la reciente iniciación.
Lugares sagrados: El terreiro es el templo donde se rinde culto a las
divinidades de las religiones afro-brasileñas. También se le conoce como ilê,
abassá, roça, centro, tenda o cabana. De esta forma encontramos el roncó, cuarto donde se realizan los rituales privados de iniciación; y el balé, cuarto donde se rinde culto a Egum,
espíritu de los muertos. En definitiva, los terreiros desarrollan una intensa y
constante actividad de mantenimiento de las relaciones entre lo sagrado y lo
profano. El espacio es cuidadosamente subdividido, con el barracón para las
fiestas públicas, la camarita, para los iniciados, el santuario, de acceso
restringido y donde se encuentran los objetos sagrados, las casas de cada orixá,
las plantas sagradas, la sala de recepción para los fieles etc., todo ello compone
una arquitectura tan compleja como la jerarquía del culto.
Ritos, rituales, ceremonias y fiestas del candomblé:
1. Amaci: Baño de hierbas sagradas usado para la purificación.
2. Axexê: Ceremonia fúnebre del candomblé.
3. Bori: Ritos para el fortalecimiento de la cabeza (ori) de una persona.
4. Decá: Ritual realizado en el séptimo año de iniciación de un adepto, y que
le confiere permiso para abrir su propio terreiro y convertirse en pai-desanto.
5. Despacho o ebó: Ofrenda alimenticia o sacrificio animal hecho en
homenaje a las divinidades para obtener su ayuda y protección en la
solución de problemas.
6. “Fazer ou raspar o santo” (hacer o raspar el santo): Iniciación en el
candomblé que consiste en la realización de diversos rituales privados
(como cortar a cero el cabello, la sacralización del asentamiento del orixá
a través del sacrificio de animales, etc.) y que termina con la presentación
del iniciado en una fiesta pública denominada “saída-de-iaô”.
7. Jogo de búzios (juego de conchas): Proceso de adivinación de origen
africano en el cual el sacerdote, a través de pequeñas conchas (también
llamadas cauris o búzios), hace previsiones sobre el destino del que
consulta.
8. Obrigação (obligación): Ceremonias u ofrendas rituales hechas
periódicamente a las divinidades.
9. Toque: Fiesta pública del candomblé en homenaje a los dioses.

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